Ventilación en centros comerciales.
Artículos Técnicos

Ventilación y calidad del aire interior en locales públicos

Mar, 13/07/2021 - 16:32

La ventilación y la calidad del aire interior de los edificios, especialmente en los locales públicos, es fundamental para reducir la difusión de virus. Por ello, se hace imprescindible controlar los sistemas de ventilación y/o climatización para asegurar que locales de hostelería, ocio, dotacionales, etc. mejores las condiciones del aire que respiran los usuarios.

En ese sentido, las sucesivas actualizaciones en el Reglamento de Instalaciones Térmicas (RITE) han ido estableciendo criterios de calidad del aire interior (IDA), exterior (ODA) y del aire expulsado (AE). En este reglamento ya se indicaba con anterioridad que uno de los indicadores para medir la calidad del aire en el interior de un local era el nivel de concentración de CO2.

Por tanto, la primera medida, y la más efectiva, para mantener una adecuada calidad del aire en los locales públicos es una buena ventilación, que renueve continuamente el aire interior y evite la concentración de aerosoles generados por la actividad humana en el interior de los locales.

Cada edificio o local tiene sus particulares condiciones de ventilación, uso y funcionamiento, pero existen una serie de recomendaciones que pueden servir para mejorar las condiciones de ventilación de los edificios.

 

Caudales de ventilación adecuados

La primera medida para conseguir una buena calidad del aire es disponer de caudales adecuados de ventilación en el interior del edificio. De forma general, debemos mantener los niveles de ventilación entre 20 l./s. y 12,5 l./s. por persona. Si el sistema no tiene capacidad de aportar el caudal para la ocupación prevista, lo adecuado sería reducir el aforo hasta que los niveles de ventilación se correspondan con los valores indicados.

"Caudales de ventilación por persona"

En sistemas con equipos de climatización todo-aire es recomendable mantener el caudal de ventilación al máximo e incrementar la filtración del aire recirculado tanto como técnicamente sea posible, siempre que se garantice el caudal nominal del equipo.

En este sentido, hay que tener cuidado con incorporar filtros de mayor eficacia, ya que pueden provocar pérdidas de carga y una reducción en el caudal circulante. Es preferible mantener el sistema de filtración recomendado, instalar tecnologías filtrantes con menor pérdida de carga (p ej. filtración electroestática) o incorporar al edificio sistemas de purificación de aire, si no se pueden alcanzar los valores adecuados de ventilación.

 

Ampliación de los horarios de ventilación

Siempre que sea posible, es recomendable facilitar la ventilación continua de los edificios, incluso en los momentos en que no estén ocupados.

Con sistemas de ventilación mecánica se puede iniciar la ventilación a la velocidad nominal, al menos 2 horas antes del horario de apertura del edificio y cambiar a una velocidad menor 2 horas después del tiempo de uso del edificio. A ser posible, mantendremos la ventilación encendida las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con tasas de ventilación más bajas cuando no hay ocupación.

En muchos casos, será necesario evitar el funcionamiento de la ventilación por demanda (ventilación temporizada, solo ocupación o control por sensores de CO2). Si no se pueden desactivar los sensores de CO2, seleccionaremos valores de concentración por debajo de 400 ppm (partes por millón) para evitar la parada del sistema o la reducción del caudal por la acción directa de los sensores.

 

Evitar las ventilaciones cruzadas

En los edificios o locales que no dispongan de sistemas de ventilación mecánica se deben evitar las ventilaciones cruzadas o, lo que es lo mismo, las corrientes de aire que arrastran el aire de un local a otro. Cada uno de los locales se debe tratar de ventilar de manera individual, y es primordial evitar que el aire de las zonas comunes del edificio se arrastre hacia zonas interiores.

En espacios comunes de alta ocupación equipados con fancoils o unidades partidas, se recomienda que los equipos funcionen continuamente para que los ventiladores de estas unidades no se apaguen y operen a baja velocidad. Si este ajuste de control no es posible, las unidades deberían ser forzadas para que lo hagan.

Durante las horas de ocupación, es preferible dejar las ventanas parcialmente abiertas (si es posible) para aumentar el nivel de ventilación.

Por otro lado, no es necesario modificar las consignas ambientales de humedad y temperatura, ya que los valores en los que pueden trabajar no afectan a la viabilidad del virus SARs-CoV-2. Si se dispone de un sistema de extracción específico para las zonas de aseos, deben activarse de forma permanente 24 horas al día durante los 7 días de la semana.

Si se dispone de dos niveles de velocidad, se puede reducir al valor más bajo dos horas después del uso regular y aumentarlo 2 horas antes del comienzo del uso regular del local.

En cualquier caso, si los aseos disponen de ventanas al exterior, deben permanecer cerradas para mantener en depresión estos espacios y evitar corrientes de aire hacia otras zonas.

 

Control de la calidad del aire

Una manera sencilla y asequible de controlar la calidad del aire interior es mediante la medición de la concentración de CO2 en el aire. Esto es fácilmente realizable mediante las sondas de medición de CO2, que se encuentran disponibles en el mercado. Para los edificios públicos existen paneles de gran formato que muestran la temperatura, la humedad y la concentración de CO2 en el interior del edificio o local.

"Calidad del aire interior según RITE"

Hay que tener en cuenta que el CO2 no es un contaminante del aire, se emplea como indicador del nivel de actividad de las personas y la necesidad de ventilación en el interior de los edificios. De ninguna manera se puede establecer una relación directa entre la concentración de CO2 y la existencia de virus. Solo se puede inferir que a mayor concentración de CO2, más cantidad de personas están haciendo uso de las instalaciones y mayor probabilidad de la presencia de virus.

Se debe emplear como base el valor de 400 ppm que es la concentración aproximada del CO2 en el aire exterior (en zonas no urbanas puede ser algo inferior y algo superior en zonas urbanas). Cuanto más se incremente la concentración sobre este valor mayor es la necesidad de ventilación del edificio. Como criterio general se puede emplear la siguiente escala:

  • Buena calidad del aire interior: < 800 ppm (menos de 800 ppm de concentración de CO2)
  • Calidad aceptable del aire interior: < 1.200 ppm (menos de 1.200 ppm de concentración de CO2)
  • Necesidad de ventilación: > 1.200 ppm (más de 1.200 ppm de concentración de CO2)

Se debe tener en cuenta que los valores recomendados por el RITE establecen la concentración de CO2 sobre el nivel del aire exterior, no son valores absolutos.

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