
Lo que necesitas saber para elegir un soldador
La soldadura es una técnica imprescindible en numerosos ámbitos profesionales de nuestro sector, como en instalaciones de fontanería, mantenimiento industrial, estructuras metálicas, climatización o reparaciones técnicas. Por tanto, elegir el soldador adecuado marca la diferencia en términos de seguridad, calidad de acabado y eficiencia del trabajo.
¿Qué debemos tener en cuenta al elegir un soldador? En este artículo te hablamos de dos aspectos clave para una correcta elección, el tipo de trabajo a realizar y la potencia necesaria para ejecutarlo con garantías, así como de otras prestaciones de los soldadores que también deberíamos valorar.
Tipo de trabajo. ¿Qué soldadura necesitas hacer?
El primer paso es identificar la aplicación concreta. No es lo mismo unir estructuras metálicas en obra que realizar pequeñas reparaciones en taller o soldar tuberías de cobre o materiales plásticos.
Soldadura de mantenimiento o bricolaje ocasional
Requiere un equipo ligero, portátil y fácil de usar. Aquí bastará un soldador básico de tipo inverter, con potencia moderada y buena manejabilidad.
Soldadura estructural en obra o construcción metálica
Se necesita un equipo robusto, capaz de soportar jornadas intensivas y trabajar con electrodos gruesos o en diámetros mayores. Se recomiendan equipos MMA o MIG/MAG de gama profesional.
Trabajos en acero inoxidable o aluminio
Estos materiales requieren una mayor precisión y control del arco. Se aconsejan equipos TIG con regulación fina de corriente, especialmente para trabajos delicados o con acabados exigentes.
Soldadura de cobre y plásticos (fontanería, calefacción, climatización)
Aunque no requieren soldadura eléctrica tradicional, es importante elegir equipos térmicos o electrónicos específicos, adecuados para los materiales a unir, como soldadores por fusión o electrofusión.
Potencia del soldador. ¿Cuánta necesitas realmente?
La potencia del soldador, medida en amperios (A), determina la capacidad de fusión del equipo. A mayor espesor de material, mayor amperaje requerido.
Como referencia, puedes tener en cuenta estos valores:
Además, es importante considerar otros aspectos, como el ciclo de trabajo, el tipo de corriente o la alimentación:
-Ciclo de trabajo: porcentaje del tiempo en que el equipo puede soldar sin recalentarse (por ejemplo, 60% a 140 A).
-Tipo de corriente: corriente continua (DC) para la mayoría de metales, o alterna (AC) en aplicaciones más específicas.
-Alimentación: monofásica (230 V) para trabajos ligeros, trifásica (400 V) para uso intensivo o industrial.
Otras prestaciones de los soldadores que debemos valorar
-Tecnología inverter: Los soldadores que cuentan con esta tecnología son más ligeros, eficientes y con mejor control del arco que los tradicionales.
-Parada automática por sobrecalentamiento: los soldadores inverter cuentan con una placa electrónica que apaga el aparato si tiene un calentamiento excesivo, evitando que se queme. Esto dependerá del ciclo de trabajo que aguante, lo cual indica el fabricante en las indicaciones de uso.
-Portabilidad y peso: clave si el trabajo requiere movilidad.
-Compatibilidad con generadores: si se va a utilizar en obra sin red eléctrica.
En conclusión, elegir el soldador adecuado no es solo una cuestión de precio o marca, sino de adaptar el equipo al tipo de trabajo y exigencia técnica. Una herramienta bien seleccionada te permitirá trabajar con mayor precisión, seguridad y profesionalidad. Recuerda que en los centros Saltoki podrás encontrar una amplia selección de soldadores de las principales marcas del mercado.
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