¿Cuál es el sistema de calefacción más eficiente para una vivienda?

Ante la continuada volatilidad y alza del precio de la energía, es imprescindible encontrar soluciones que permitan contribuir al ahorro energético de calefacción en las viviendas. Una de las soluciones más eficientes es la hibridación, es decir, la combinación de un sistema basado en combustibles convencionales con un sistema de energías renovables.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que, si ya se dispone de una caldera eficiente, por ejemplo, una caldera de gas de condensación con alta modulación, pero queremos seguir mejorando el rendimiento de la instalación, la hibridación de la caldera existente con un sistema renovable como la aerotermia es la opción más adecuada.

La aerotermia proporciona calefacción y agua caliente a la instalación durante los 365 días del año. Se trata de una tecnología que no genera emisiones ya que utiliza una fuente de energía renovable y gratuita como es el aire.

Los ahorros de este tipo de sistemas híbridos (caldera + bomba calor aerotermia) pueden alcanzar hasta un 50% del gasto anual en combustible respecto a un sistema tradicional.

La aerotermia es compatible con cualquier tipo de caldera y combustible, ya sea gas natural, gas licuado, gasóleo o biomasa. Igualmente, también es compatible con radiadores o suelo radiante. Por tanto, este sistema híbrido permite el aprovechamiento de la instalación existente sin modificaciones o con adaptaciones muy básicas, lo que reduce el coste de la inversión.

Instalación de aerotermia de menor potencia

El funcionamiento de un sistema híbrido de estas características es muy sencillo. Al combinarse con el generador de calor existente, es suficiente contar con una bomba de calor aerotérmica monobloc o bibloc que cubra entre el 60 y el 80% de los requerimientos de calefacción.

Para atender las puntas de demanda, las épocas de consumo extraordinario o la producción de agua caliente, el sistema se apoyará en el generador ya existente, garantizando el confort en todo momento, independientemente de la temperatura exterior.

De esta forma, no será preciso invertir en un equipo de aerotermia que cubra el 100% de la demanda de la vivienda, lo que reducirá su coste, que, además, podrá amortizarse con los ahorros generados.

Por ejemplo, para una vivienda unifamiliar de 160 -180 m2 será suficiente con una bomba de calor de potencia entre 6 kW y 10 kW. Este equipo hará que se incremente el consumo eléctrico, pero se verá compensado con la reducción del consumo de combustible (gas, gasóleo…).

Con un sistema híbrido el ahorro en gasto de combustible será similar al que se obtendría sustituyendo la caldera por un sistema de aerotermia, solo que con la mitad de la inversión y sin necesidad de desembolsos importantes para adaptar la instalación.

Este sistema cuenta con otras dos ventajas adicionales. En primer lugar, permite que la caldera de condensación tenga una mayor vida útil, ya que se hará un uso más moderado del equipo y esto alargará sus años de óptimo funcionamiento. Y, en segundo lugar, y al utilizar el aire como fuente de energía renovable e inagotable, permitirá que mejore la clasificación energética de la vivienda.

Máxima optimización con energía solar fotovoltaica

Pero es posible optimizar todavía más el sistema hibridado mediante la incorporación de paneles solares fotovoltaicos con baterías de acumulación. Esto permitirá llegar a obtener un autoconsumo cercano al 90% de los requerimientos eléctricos del hogar, incluyendo la bomba de calor aerotérmica y el resto de necesidades (luz, electrodomésticos, carga de vehículo eléctrico…).

De esta manera, se reducirá el coste de la factura energética hasta alcanzar consumos casi nulos y, por consiguiente, mejorará la clasificación energética de la vivienda. No existe una solución energéticamente más eficiente.